El aceite de almendras dulces es ideal para el cuidado natural de la piel, tiene una alta compatibilidad con los aceites esenciales, pudiendo servir de base neutra para la dilución de estos. En este caso, al aceite de almendras dulces, se le suman las propiedades del aceite de árnica, que ayuda a combatir el dolor muscular, actuando como relajante muscular, y calmando molestias ocasionadas por golpes o torceduras. Ayuda a estimular la circulación periférica ayudando a calmar golpes y hematomas. También gracias a sus propiedades antioxidantes, tiene beneficios sobre la piel, por lo que es útil frente a irritaciones cutáneas, picaduras, quemaduras, urticaria o prurito. Otra de las aplicaciones del aceite se árnica es para ayudar a retardar el crecimiento del vello.
El aceite de almendras dulces con árnica se absorbe rápidamente produciendo un elevado efecto hidratante, emoliente y suavizante cutáneo, mejorando por tanto la hidratación y suavidad de pieles secas y ásperas. Contiene un alto contenido en vitamina E, un antioxidante esencial para la piel.
Por lo que al utilizarlo en masaje los beneficios que obtenemos son una piel más hidratada y que por tanto mejora su elasticidad, también ayuda a suavizar la piel eliminando las durezas y ayuda a regenerar la piel.
MODO DE USO: Para utilizar el aceite de almendras dulces con árnica, primero debemos tomar una cantidad dependiendo de la zona a tratar. Podemos extenderlo bien sobre nuestras manos, o bien directamente sobre la zona a tratar. Si es necesaria más cantidad se puede añadir más. Una vez acabado el masaje, podemos retirar el exceso, si es necesario, con una toalla de papel humedecida con agua tibia o con nuestra Espuma Limpiadora Micelar.
Gracias a la bomba incluida con el aceite, es muy fácil aplicar la cantidad de este necesaria, sin desperdiciar producto
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